la música, la bendita música y los iluminados que tienen el don de hacerla...
ésos con la habilidad de la empatía, que me hacen viajar hasta el preciso instante que fué concebida una nota, un acorde, una rima improvisada, una súplica melódica o un balbuceo sin ninguna pretensión que el de ser oído...
no hay nada más placentero, lascerante, masoquista y delicioso (depende) que perderte en rolas que te hacen revivir momentos, situaciones, personas... vuelves a llorar, a reir, a gritar... a escucharla una y otra y otra vez más...

y en este momento de "reflexión" barata de martes... después de un fin de semana de locos, de aparecidos, de amores lejanos, de tantísimos sentimientos encontrados, de recuerdos olvidados, de sorpresas, de soles, alcoholes, de emborracharme de gente!!
digo sinceramente que no puedo más... y unas inmensas y punzantes ganas de llorar me vinieron a la mente...
de esas que te hacen llorar sólo por el gusto de desalojar lagrimillas de más, ni de tristeza (tal vez de nostalgia), ni de felicidad (ya pasó la euforia, pero dejo un sentimiento de bienestar)...
lo repito: bendita música... la amo! escuchar unas letras que a pesar de no serlo, las hago míaaaas cada vez que las escucho, las canto y me pierdo en ellas...