lunes, diciembre 29, 2008

ay papaloapan!!



sabiduría mística coloquial emitida por el individuo en estado casi orgásmico que juega frente a mi...

y ya no sé si reírme o mejor escribir...



lunes, diciembre 15, 2008

de tormentas e intenciones...

Después de 72 horas donde la "intensidad" robó cámara y fue tópico de nuestras acciones, me pregunto a dónde irá a parar lo que naufrague de mi tormenta, cuando la calma lo invada todo y triunfe finalmente sobre el caos.

Y al mirarte me pierdo en tus ojos claros, pequeños pero llenos de una bondad que sólo aquellos que pasan horas contándome de ti y quienes nos hemos perdido en ellos (muy a mi pesar y para gozo de mis celos), conocemos a fondo y disfrutamos en silencio, en silencio de ése que te da la complicidad de un tesoro del que no sabe nadie - ni sabrá-.

Sans toi, les émotions d'aujourd'hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois.

De ti, definitivamente me habla de ti, de lo que eres, de lo que vas volviéndote lentamente, de lo que voy volviéndote a diario, de lo que ambos hemos querido que se vuelva, a golpes, gritos, llantos, madurando "a punta de madrazos". Lo vengo masticando hace horas, y lo pienso, lo reflexiono, lo aterrizo, lo rodeo lentamente y a pasos suaves, no quiero que la idea se asuste y se me vaya a escapar.

Sans toi, les émotions d'aujourd'hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois.

Y es cierto ¿sabes?, todo se relaciona con el tiempo, el tiempo, el tiempo... siempre el tiempo. ¿Quién demonios le dio al tiempo semejante autoridad? Semejante poder sobre las cicatrices, sobre el amor, sobre la sabiduría, sobre todo.

Hoy, ayer. Llevo una vida batallando con el ayer, el ayer me ha hecho su fácil presa, tú lo sabes y te lamentas, te arrepientes. Pero hoy, hoy le gané, hoy quise salvar el fin de semana con la firme intención de derrotar al ayer, de borrarlo, no de matarlo porque quién soy yo para creer que puede morir, pero borrarlo, ¡claro! borrarlo puedo y quiero, de mi cabeza. Quiero olvidar el eco que cada vez que resuena sangra, quiero sacar los fantasmas. No quiero que por dejar vivir hoy al ayer, mi mañana huela a cadáver.

Sans toi, les émotions d'aujourd'hui ne seraient que la peau morte des émotions d'autrefois.

Quiero tu sonrisa para siempre y todos los días. Qué más da lo demás, lo que no fue no será y lo que es me llena, me ilusiona.

Sin ti, las emociones de hoy no serían más que la piel muerta de las emociones de antaño... no más.

sábado, diciembre 06, 2008

kinky side...


Su cabello largo del cual tiro,
sus carnosos labios que muerdo y juego a arrancar,
con mi lengua bajo lentamente por su cuello,
llego a sus senos y me lleno la boca de ellos,
y mientras mis dientes acarician la cima que se levanta erguida,
mis manos se adentran en su humedad tibia, preparando el terreno que anhelo saborear.

Y escucho su respiración agitada que en silencio me apura,
pero no me apresuro... no tengo prisa.

miércoles, noviembre 05, 2008

Longtemps qu'on ne ce vois pas...

Me miras en fotos viejas de momentos felices y te sientes tan ajena, distante a ésa en el papel o en la pantalla. Reviviendo aquello por lo que reímos y envidiando mi sonrisa que también era tuya.

¿Dónde estabas? ¿o es que acaso no me has escuchado llamarte por mi nombre? ¿qué sientes? ¿qué sueñas? ¿qué te duele además del corazón? te he dicho que ya no aguanta más remiendos ni parches improvisados, y el salitre de tus lágrimas lo ha gastado al punto de causarle goteras por donde temo se nos vaya la vida desangradas.

Ya deja eso, ¿no ves que te lastimas? ya... por favor ¡ya basta! ve a dónde nos has llevado, al borde, al extremo, al punto de la locura, al desastre, al caos... justo donde empezamos.

Y ahora buscamos un poco de cordura, la buscamos como se busca en el fondo de un cajón algo que creíamos perdido y sabemos que siempre ha estado en su lugar.

Y pensamos en alas tatuadas en la espalda... y nos tatuamos pensamientos en el alma, ignorando que ésos son los que no se olvidan jamás y que, o nos hunden o nos salvan.

Lo segundo vida, lo segundo será.




miércoles, julio 30, 2008

little chat with myself...


- A veces me siento un personaje de alguna mala novela o comedia con tintes dramáticos, de ésas donde abundan las situaciones ridículas y la gente mete un pedazo de cartón que separa sus mundos de aquél de ficción que se va creando conforme su vista abarca las letras ahí descritas; o de ésas donde esperas escuchar la grabación de voces para poner en movimiento esos 17 músculos del rostro acompañados de una estrepitosa convulsión que llamamos risa. Pero ¿y qué somos si no personajes?


- Y ahí vas como siempre pensando y sonando de esa forma tan irritantemente rebuscada... tus filosofías me vienen valiendo madre.

- No me hagas caso, ésa que habla era mi yo de ayer. Hoy no me siento personaje, hoy me siento creadora, una especie de semidiosa con el poder de hacer nacer bajo mi pluma y mis dedos como justo ahora.

- ¿Lo ves? De nuevo tus aires de megalómana, pero y siempre cuando estés creando, puedo soportarte lo que sea que quieras ser.


sábado, julio 19, 2008

Antídoto

Hace ya varios atardeceres que disfrutaba de la calma de los días soleados. Atrás quedaban las noches de negras tormentas y de truenos resonando con un eco cavernoso en lo más profundo de su mente. No más luces cegadoras ni relámpagos surcando los cielos de sus noches de aparente calma, ésos que tanto disfrutaba ver desde la ventana de sus ojos, asomándose a su mundo interior.

No quedaba huella de las pisadas en el suelo cubierto de arcilla, pues la lluvia se había encargado de lavar viejas heridas. Y aún entonces se preguntaba -¿es suficiente?-, porque una suave brisa no basta para borrar los vestigios de esas batallas libradas con la más acérrima de sus enemigas, ella misma.

Ahora descansaba en brazos firmes, posaba su cabeza en ese pecho amplio que subía y bajaba en forma acompasada y suave al ritmo de su respiración, y jugaba a poner su oreja justo en el punto donde, debajo de la piel, el corazón de él latía tan fuerte que a ella le parecía que en cualquier momento sus latidos traspasarían la piel. Y cerraba los ojos y se buscaba en ellos, y en cada “bum, bum” había un te quiero, un lo siento o quizás un beso.

Un nuevo antídoto corría por sus venas, uno al que a cada minuto se volvía adicta. Las dosis eran cada vez mayores; primero bastaba con verlo, jugaban a regalarse miradas furtivas que guardaban para los ratos de ausencia; pero la vista se colmó y la sustancia se les desbordaba por los ojos, y en forma de lágrimas invisibles se colaba por la comisura de sus bocas y hacía que intercambiaran palabras que tejían interminables con los hilos de sus sueños. Y los olores, ese olor que ambos desprendían cuando el otro se tropezaba con su vista fija. Un olor dulce que hacía que las narices les picaran y estallaran en risas. Su risa, cómo no enamorarse de su risa.

Y finalmente lo supo cuando su lengua entró en el juego. El antídoto se absorbía más rápido por tacto, y el sudor, potente catalizador, hacía las veces de conductor al bañar el cuerpo de ella de ese rocío que la cubría cuando una nube con forma de él, se posaba sobre su cuerpo desnudo, colándose en lo más recóndito de sus pensamientos, de sus ideas, de su ser.

Hace ya varios amaneceres que disfrutaba en la tranquilidad de sus brazos. Atrás quedaban las maldiciones, los frascos vacíos de falsos placebos y las promesas rotas de falsos profetas. Creía entender lo que era soñar con algo real, al fin podía sentarse a su lado, permitirse sentir y dejar de buscar.

Y mientras ella trata de vivir, al fondo, muy al fondo de su inconciencia, resplandecen los relámpagos rezagados por su antídoto, esperando cualquier momento para colarse en algún hueco y recordarle que los que nacen con una tormenta en el alma, mueren al menos alcanzados por alguno de esos rayos, no importando el cómo ni el dónde, muchos menos el quién.






viernes, junio 27, 2008

Mi favorito de mi favorito...

Rayuela
(Julio Cortázar)

Capítulo 7


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.




viernes, junio 06, 2008

La mujer voladora

Aunque dice Juan Pablo Castel ("El túnel" de Ernesto Sabato) que no hay peor forma de soberbia que la modestia misma, hoy renuncio a ella porque hoy lo entendí, hoy lo hice mío como hago mío todo lo que siento que habla de mi, como hago mía cada luciérnaga extraviada que se desvía hacia aquello que resplandece... porque hoy, hoy brillo... y brillo como nunca y brillo como siempre... y porque lo dijo la Luna: ya no soy terrestre, ya no soy una mortal expectadora del vasto escenario celeste, ahora vuelo en él... y porque no sé si sean 10 centímetros o 20 o un metro entero, pero mientras vuelo juego en al aire con los dedos de mis pies...

(dedicada de mi para mi, porque hoy lo entendí...)




NO SÉ ME IMPORTA UN PITO... (OLIVERIO GIRONDO)

No sé me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.

viernes, mayo 30, 2008

Big Bang


A veces parece que las órbitas de los mundos tienen vida propia. Vagan por el infinito del espacio atraídos por esa fuerza invisible de gravedad que los hace unirse a otros a su paso.

Pero no siempre giran al mismo ritmo, ni a la misma velocidad y lo triste de este viaje sideral, son los años luz perdidos en girar a destiempo por estar unidos al planeta equivocado. Y de repente, de nuevo fuera de órbita, a seguir ese girar errante que sólo cesa una nueva fusión estelar.

Mi mundo giraba y yo creía ser feliz. Aunque en el fondo, siempre sentí que ese girar era más rápido de lo que debía, haciendo que los días volaran y las estaciones se acortaran o alargaran a mi voluntad.

Atrayendo planetas de superficies tan diversas, algunos tan habitables que me pasaba un instante espacial que en tiempo terrestre era cercano a una eternidad. Pero siempre se acababa, nuestro girar era tan disperso que nuestras órbitas se repelían ante el riesgo inminente de colapsar.

Y me encontré de nuevo sumida en la negra vastedad del espacio que era mi hogar, convencida de que mi mundo y yo simplemente habíamos sido creados para eso, para girar. Girar sin rumbo, pero con dirección, girar sin esperar el ritmo de algún mundo más.

Y así alcanzando al fin la paz que da la armonía de tu realidad, mi mundo simplemente existía, y yo junto a él.

Pero las leyes no respetan circunstancias y la de la atracción es la más poderosa de ellas. Tú y tu mundo también existían y giraban. Y no importando estar en puntos opuestos del espacio, con toda su infinitud, nuestras órbitas se buscaron. Viajaron años luz bañados por lluvias de meteoritos, contemplando el nacimiento de supernovas y esquivando la frialdad y soledad de los hoyos negros.

El encuentro fue un espectáculo digno de ser observado por algún curioso en su terrestre telescopio. La danza de cuerpos celestes que viajan a la misma velocidad, en la misma dimensión.

Tu mundo y el mío, antes tan distantes, hoy se vuelven el mismo. Nosotros, solitarios habitantes cada uno del suyo, esperando aterrizar en terrenos sin explorar, pero con la emoción de saber que finalmente hemos encontrado nuestro hogar.


TANIA GUEVARA GUZMÁN
Colaboración Revista Especiales Junio 2008

martes, abril 29, 2008

Y cuando desperté...

El vuelo duró horas o al menos así lo sentí, suspendida en el aire, con mis ojos fijos en Ella mientras el viento nocturno revolvía mis cabellos y yo jugaba a mover los dedos de mis pies.

- Y ahora, ¿qué?- le pregunté. Sólo silencio y ninguna respuesta. –Por favor, responde, mira que hice lo que nunca al volar esta noche hacia ti y encontrar respuestas. Conoces mis dudas y tú mejor que nadie sabe cuánto me queman. Ya no quiero tenerlas, por favor resuélvelas.

Luna seguía brillando impávida, muda ante mi urgencia. Como si lo verdaderamente importante esa noche fuese brillar, brillar para el que esperaba, impaciente como yo, verla en sus sueños, brillar para el insomne que la contemplaba desde su ventana, brillar para el que encerrado en una fría celda ya no la veía pero jamás se olvidaba de ella, brillar para el que todas las noches le dedicaba una oración, brillar para los niños que la creían de queso, brillar para el anciano que había perdido la cuenta de sus encuentros. Brillar, sólo brillar.

Continué mirándola fijamente, con la súplica clavada en mis pupilas, anhelando que un poco de tan milenaria sabiduría me fuese transmitida por esa luz que emanaba.

- ¿No lo entiendes, verdad?
- ¿Qué? ¿quién habla? ¿eres tú?- respondí.
- Sí, sí lo entiendes pero aún no lo sabes, te ves a kilómetros del piso, flotando convencida de que sueñas, creyendo que el que ahora planees en el aire a tu voluntad y el que veas al resto de la gente derrochando noche en dormir mientras hay tanto que volar, es reflejo de tu inconsciente. ¿Qué no lo ves? ¿qué no lo sientes? ¿tanta vida pasaste buscando reunir el coraje para saltar y ahora que el viento te mece y me tienes de frente no lo entiendes? No sólo yo brillo, mi pequeña estrella, lo haces tú también. Ya no eres terrestre, ya no eres solamente un mortal espectador del vasto escenario celeste. Ahora vuelas en él.


Y entonces desperté, sin la quemante sensación con que lo hacía día a día. Esa mañana desperté sonriendo, convencida de que al fin soy lo que quiero ser.





Tania Guevara Guzmán


Colaboración Revista Especiales mayo 2008

domingo, abril 13, 2008

C-A-M-B-I-O



Tener miedo nunca me pareció tan placentero...
.
(al fin soy lo que quiero)

viernes, abril 04, 2008

SOÑÉ QUE VOLABA

Y al fin la Luna salió. La vi desde mi ventana, sentada en la mecedora de tejas rotas, ésa en la que me consolaba al arrullar mis tristezas o mecía mis alegrías. La misma donde me senté tantas veces a pensar en ti, cuando el presente nos abrazaba juntos y el futuro lo prometía todo.

Ahora sólo mezo en ella mis penas, mis ganas no saciadas, los mil planes inconclusos que tuve que abortar, ese barco del que salté al ver que irremediablemente se hundía, pero sobre todo, me mezo en este salvavidas que es mi soledad.

Estaba absorta en la vista, ese paisaje nocturno que desaparecía y aparecía ante mis ojos al compás del vaivén que me mecía. Hacia delante y el bulevar repleto de rostros, gente de todos tamaños, riendo, pensativos, familias de la mano. Hacia atrás y el camino del muelle se alzaba, el faro iluminando el curso de los barcos, el horizonte de un negro profundo con un manto luminoso de luciérnagas perpetuas.

Pero aún no la veía a Ella. Las nubes, cual celestial telón cubriendo el espectáculo, habían decidido que aún no era hora, que si quería ver a la estrella principal del show, debía esperar.

Y esperé. Esperé tanto que no sentí el peso del sueño en mis ojos, que cayeron cerrándose pesados. Y entonces, una caricia en mi mejilla. Un tenue roce de energía en mi piel me sobresaltó. Abrí los ojos y me puse de pie. Dejé mi refugio de madera aún en movimiento y abrí la ventana.

Ahí estaba: enorme, redonda, limpia. Su sola vista me reconfortaba y ella parecía saberlo al mostrarse majestuosa ante mí, que tanto le necesitaba.

Me paré en el borde de la ventana, le sonreí a la Luna y caminé. Al fin había salido y yo estaba en primera fila contemplando su brillo, mientras ella velaba en silencio las horas que volé.



TANIA GUEVARA GUZMÁN

Colaboración Revista Especiales, abril 2008.

martes, marzo 25, 2008

Closing time...





every new beginning
comes from some other beginning's end...


miércoles, marzo 12, 2008

...



bang, bang
he shot me down

bang, bang
i hit the ground
bang, bang
that awful sound

bang, bang
my baby shot me down...

jueves, marzo 06, 2008

Enlistar por enlistar...

  1. escuchar "Obstacle 1" desde el fondo de mi bolsa, cada mañana como a eso de las 9 am.
  2. tener la certeza de que eres tú llamando.
  3. un dulce y aniñado 'hola'
  4. el que las 'cosas' y los 'caninos' abunden en mi mundo
  5. un par de ojos miel
  6. reciclar musas porque la de planta huyó por la puerta y no se le ve para cuándo volver.
  7. no acordarme qué se siente dormir tranquila.
  8. no llenar el hueco con nada.
  9. tantos besos.
  10. tus cálidos, cálidos brazos
  11. tus ganas
  12. los olores
  13. tus sabores
  14. los goles que no fueron celebrados con el baile del -sippo
  15. nos falta mucho Heroes por ver
  16. las fritas de tu ma
  17. los días de meserear en tu casa
  18. a mi misma... porque la quedó quiere, pero le falta un pedacito para poder ser...
  19. todo... sólo eso

tengo ganas de no tener ganas... quiero ser libre sin dejar de pertenecer, aunque en el fondo ambos sepamos que no importa qué pase, más de la mitad de uno esté con el otro... (y al revés)

te amjkldfdfrpjfoeirjmfv...

lunes, febrero 25, 2008

Cuando el paraiso deviene en infierno...


¿Cómo es esto, no? cómo tantas cosas van minando la emoción que sentías al principio... la ilusión, la espontaneidad y hasta la sinceridad. Y no porque los 'te amos' se vuelvan mentira, pero no se sienten igual.

Cuando por más que buscas en tu cabeza eso que te hacía vibrar, no lo encuentras. ¿De qué me habré enamorado?

Y es que uno cree que una flama se mantiene encendida sin hacer nada, cuando precisamente eso es lo que la apaga.

Y reaccionas, si es que lo haces, demasiado tarde y ya no puedes hacer nada por ella. ¿Pero y cuando no reaccionas? ¿Puedes imaginarte una vida entera de apagar flamas? Desconcertado de por qué lo que enciendes irremediablemente se apaga, culpando a todo menos a ti que eres la causa, pensando que un corazón es más inflamable que otro, creyendo que la siguiente mecha será más larga...

Y es triste, vaya que lo es... el perder entre el ruido, entre el caos, entre el humo, la melodía, la armonía, el dulce aroma... las ganas de querer.

Y aquí la tengo, agonizante en la palma de mi mano, sabe que iba a morir y está feliz de que no sea hoy, no todavía.





lunes, febrero 04, 2008

PLACEBO

Caminaba en sus entrañas como quien da un paseo matutino por las calles. Iba con cautela, poniendo especial atención en sus pasos (no quisiéramos pisar alguna arteria, ¿o sí?)

A esta hora no había tráfico en las venas, y aprovechándolo, cruzo con parsimonia ambos ventrículos, tomó el viejo atajo hasta la aurícula derecha, y salió.

Conforme avanzaba, los latidos sonaban cada vez más lejanos y el paisaje se tornaba de tonos y matices diferentes a los que su vista acostumbraba. –La sangre... la sangre no es tan roja por aquí- se dijo a si mismo.

El rumbo por el que ahora merodeaba era desconocido y titubeó por un instante en continuar adentrándose a ese sistema que a la vista parecía interminable.

Pero ya era muy tarde, las arterias estaban congestionadas haciendo su trabajo y el rastro de glóbulos que fue dejando a su paso se había borrado.

Después de todo había sido su decisión marcharse del que fuese su hogar tanto tiempo. Y digo fuese porque ya no lo sentía así. Ahora era sólo un frío músculo del tamaño de un puño bombeando sangre a todo el cuerpo de ella. Porque acostumbrado a escuchar su nombre en cada latido, ahora sólo escuchaba un hueco “bum, bum”.

Desorientado y triste, buscó rincón en algún órgano desconocido para él, se sentó y sólo esperó. Lentamente, fue quedándose dormido, hasta que finalmente se sumió en una inconciencia de la que ya no saldría: la de su inexistencia.

Afuera, ella tomaba sus píldoras para olvidar. Se las había recetado uno de esos doctores que uno va a ver cuando se padecen males de amores. – No fueron baratas, así que más vale que funcionen- decía, al tiempo que cerraba el frasco, suspirando.

No hay duda, el amor es una enfermedad.


TANIA GUEVARA GUZMÁN

Colaboración Revista Especiales, edición Febrero 2008


jueves, enero 10, 2008

About the author...

TANIA GUEVARA GUZMÁN

(1983- a la fecha)

Veracruzana de nacimiento, auto nombrada jarocha que parece de cualquier lado menos del puerto, orgullosa de no tener acento costeño ni comerse las eses. Pasante de administración (a un cuatrimestre de conseguir su no tan anhelado título) y estudiante de la especialidad en habilidades directivas en no tan conocida universidad particular del puerto. De reciente ingreso al ámbito radiofónico.

Aprendiz de escritora, especialista en cuentos cortos con finales trágicos que la gente ordinaria tacha de “fumados y sangrientos”. Dibujante, caricaturista, filósofa, literata y diseñadora frustrada, maniática de la ortografía. Desde pequeña afecta a dibujar en paredes, pupitres, libros y colchones de su cama. Una hepatitis “A” truncó su naciente carrera de bailarina hawaiana a los 5 años.

Experta en las artes boxísticas, taekwondoinas, taeboxísticas y en zumba avanzada; amante de cualquier deporte rudo que la mantenga interesada e incluya el uso de sus puños cerrados. Ganadora de medalla de plata en combate (sólo eran 2 lugares) y medalla de bronce en formas (sólo eran 3 lugares) en un abierto de tae kwon do en la ciudad de México.

Desde su primer borrachera con Bacardi limón a los 15 años, se le ve acompañada en su mayoría del sexo masculino, con lo cual desarrolló su tolerancia e ingesta alcohólica a niveles avanzados y su gusto por una variedad de bebidas que van desde las aguas locas, pasando por la cañita y culminando con whisky.

Ex hippie y niña-niño, solía tener colección de morrales y ropa de manta que abandonó por bolsas de piel, cinturones y tacones al ingresar al mundo laboral. De usar chanclitas y tenis, ahora se le ve caminando a toda velocidad por las calles de Veracruz en tacones de hasta 15 cms.

Adicta a las relaciones largas y tormentosas, al color rojo, al chocolate, al café, al sexo con amor y a dejar casi todo a medias. Públicamente declarada misógina feminista y con un historial de desequilibrio emocional y depresiones cortas superadas. Goza rodearse de amigos y cuenta con relativa facilidad para hacerse de ellos.

Tal vez la recuerden por sus antiguos trabajos como cajera en conocida tienda departamental juvenil, maestra de inglés o animadora de fiestas infantiles, donde declara haber pasado las 3 horas más vergonzosas de su vida al disfrazarse de Batichica un 30 de abril a las puertas del estadio de béisbol.

Imán de ridículos, compradora compulsiva, coleccionista de libros que apila para “luego” leerlos, amante de los animales (en especial de los perros) y antigua celebridad en el mundo virtual.

Su experiencia en el ámbito literario se reduce a las tres sesiones de un taller de narrativa –gratuito- y a la colaboración mensual –y no remunerada- en una revista local donde publican sus cuentos que no son censurados.

Existen rumores de la edición y publicación de sus obras en un “Cuentario”, palabra que desconoce si exista y que planea crear en caso contrario.

Se dice que su mayor logro ha sido domesticar a cierto orduñense de reputación dudosa, llevándolo a sentar cabeza de forma magistral y aparentemente voluntaria.

miércoles, enero 02, 2008

borrón y cuenta nueva...



Es el primer año en mucho tiempo que no hago rituales, no uvas, no chones de colores...


Ya decidí que los propósitos son mentales y que sucedan dependen de mi y no de suerte...